Lluvia.

Lluvia.

Y Febrero tirita de frío
debajo de la lluvia que cae
Un gris profundo en el mediodía
y la noche se alarga
El Tiempo se diluye en el agua
el Sol parece escondido y con miedo
Debajo de tantas gotas
estoy yo

La lluvia se deshace sobre mi piel
estallando al contacto
y las pestañas se caen por el peso
es la fuerza, es el poder
Por la espalda me recorre algo
que podrían ser tus manos cuando me acariciás
pero no (es el viento)
Es Febrero y es lluvia

Y vos no estás.

Cuento.

Cuento.

Oh, el estallido!
Me lastima las pupilas

(me da miedo)

Entre los árboles,
en la espesura
está en ciernes.
Los ojos bien clavados
en la presa sorprendida.
El plan es perfecto.

No hagas caso a la noche
porque todo miente
No pienses en las madrugadas
porque son muy cortas
Los días son golpes
en una lápida
Cuál es el tiempo real
para nosotros?

Estoy cerca, puedo sentirlo
como si ya llegara al destino

(hace frío)

Salta, se abalanza
sobre el cuerpo aún tibio
Clava las garras
deshace el vestido, rompe el cuerpo
Corta las palabras
antes de ser dichas
El cabello se hace nudos en el filo.

Arrebato.
Silencio.
Respiración.
Oscuridad.

(Des)Estructura.

(Des)Estructura.

La mirada es lejos
lo que poco dura

la mañana en silencio
mientras afuera el ruido

juega con las palabras
que no se han dicho

La flagrante desesperación
de la que hace gala la quietud
no puede más que asombrarme

y sin embargo, siempre espera
y hace esperar
lo que es más raro

(llegado el caso).

De rutina, las manijas
del reloj siguen girando
Y lo que digo no parece

ser mío.

Clavos.

Clavos.

Son demasiados
uno encima de otro
encima de mí

Mi cabeza es
un cementerio de hierros
Pesa

Los ojos no son
No ven
Huecos vacíos y viento

Sé que hay algo
detrás de las nubes
Pero no lo veo

Y el punzante silencio
El cerebro está alerta
El descanso es la muerte

Clavo por
clavo
sobre el ataúd.